10/31/2020

A PROPÓSITO DE LA LUNA AZÚL Y OTROS RELATOS MÁGICOS

RELATOS PERSONALES EN LA VÍSPERA DE TODOS LOS SANTOS

Desde un principio sabía que este día sería muy especial, pues hoy se verá la luna llena por segunda vez en este mes, además de que es el último día en que se puede ingresar a la Basílica Menor del Templo de Santo Domingo, para visitar al Santísimo y a la bella imagen de plata, Alcaldesa Honoraria y condecorada, la Virgen del Rosario.

Aunque los planes que teníamos con un amigo, se pospusieron para mejor ocasión, fue una oportunidad para estar relajada y prepararme mejor para lo que llegaría en la tarde, algo que no fue planeado pero tampoco improvisado, solamente acepté la invitación con la probabilidad de que no hubiera espacio para mi, pero si lo había.

La cita era en el atrio de la Basílica a las tres pm., para la ocasión me puse una blusa de color rojo que no me había puesto antes, muy adecuada para estos fríos y muy sexy (hasta que me vi en fotos y no me miraba como esperaba, pero igual, yo la llevé) con mis jeans de lona color negro, un suéter blanco para después, una bufanda azúl-celeste, y mis chapulines color palo rosa.

Al llegar no sabía qué hacer, era el segundo Templo que visitaba y no tenía idea por dónde empezar de la emoción que me dio estar allí, aún así, estaba con mi cámara preparada para comenzar a tomar fotos de lo que se me ocurriera o de lo que mirara interesante y especial.

Había una imagen, la réplica de la Señora del Rosario, frente a la puerta central, empecé a tomarle fotos mientras esperaba al encargado de ingresarnos al lugar donde recibiríamos nuestra medalla y nos instituirían como Cofrades del Santo Rosario. Al finalizar todo, nos sacaron pronto de allí por el siguiente grupo que ingresaría, pero yo ya había visualizado las fotos y videos que quería hacer al ingresar de nuevo.

Me tomé unas selfies con unos conocidos del “Gremio Cucuruchesco” (esa palabra me la inventé para fines explicativos), y aunque me quedaron pendientes dos personas, será para la próxima vez que nos veamos (pronto o no tanto). Fui al pasear por el gran patio de lo que era el Convento dominico, tomé allí algunas fotos, y video de cómo está el lugar.

El ambiente empezaba a enfriarse, por la época en la que estamos, media hora después una breve llovizna casi nos empapa, pero igual estaba preparada con la sombrilla que siempre cargo en el bolso, no había problema a excepción de las Cédulas y del libro Guía para la Hora de Guardia asignada (un compromiso de mucha responsabilidad), esos documentos no estaban en un folder plástico.

¡Por fin logré ingresar! La espera en la fila no se sintió, tampoco el frío, ni el hambre, aunque estaban preparando cerca de allí, poporopos caramelizados y crepas con chocolate. 

Realmente ese momento fue el más bello,  hasta pude prestar más atención a los detalles del adorno del Templo y del altar que era muy sobrio. Puede ser que haya hecho falta tomar más fotos o videos para describir lo que se sentía estar allí, por eso estoy  tratando de escribir lo más descriptivo posible este relato.

Cómo ya se había oscurecido el cielo, a pesar de que no eran todavía las seis de la tarde, me retiré lo más pronto para poder llegar a la Merced antes de ir a la casa, porque me había propuesto tomarle fotos a un hermoso y bello jardín que hicieron en el atrio de allí, durante la Festividad de San Judas Tadeo.

Las ofrendas florales que llevaron los fieles devotos al santo como agradecimiento por los favores recibidos, fueron colocadas bajo una manta con la imagen del cuadro de San Judas impresa, las juntaron de tal modo que no quedaran espacios en blanco para simular un bello jardín. Un policía de la Comisaría me hizo compañía mientras tomé algunas fotos, pues el lugar estaba muy solitario.

Al llegar a la casa, el cielo se estaba despejando y al menos se logró ver un poco el evento astronómico más esperado y único con mi mamá y mi hijo, pues desde 1944 que no se repite lo mismo, ver la luna llena un 31 de octubre, pero sólo fue un período corto, porque se volvió a cubrir con las espesas nubes.

¿Qué problema? Tenía poco tiempo para lograr conectarme a una reunión virtual programada con los excompañeros del colegio y con mi exmaestra de matemáticas, la tierna y dulce Seño Elsa, pero el internet me falla a último momento, que ni las oraciones dirigidas al primer Beato milenial: Carlos Acutis, un adolescente italiano que en vida fue un chico influencer, ni las invocaciones a Beethejuice, un ser ficticio que sale en una de mis películas favoritas (comedia con historia de fantasmas, dirigida por Tim Burton), funcionaron.

Para los hechiceros, los magos y las brujas esta será una noche mágica, en mi caso ya no pude disfrutar esa magia tan sólo un momento y lo que tenía planeado para celebrar en una ocasión como esta, a la luz de la Mágica Luna Azúl, se quedó tan sólo como un sueño de calderos, pócimas, danzas y dulces hechizos con sabor a pie de calabaza o dulce de ayote, porque del cansancio me quedé dormida, pero feliz de lo vivido.

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