Te fuiste, ya no hay sufrimiento
Nos dejaste, era lo mejor.
Desde que te soñé, empezó mi angustia, porque supe que ya no nos volveríamos a ver, sólo esperarías el momento para despedirte de cada uno, a tu modo, así liberarte de tanto dolor.
Ahora ya estoy convencida que no estás ni en la casa, ni en ningún otro lugar terrenal y que hay un espacio que no llenará nadie.
Espero que hayas encontrado esa luz perpetua donde serás feliz y libre de toda atadura, donde no tendrás dolor ni tormentos, donde tendrás amor verdadero y podrás vivir en armonía con aquellos que se han ido como tú, porque en ese lugar, aunque no lo conozco todavía, dicen otras personas que ya han ido por allá y regresado, es muy especial.
Autora: María Antonieta Fausto Gordillo
10/05/24